ALICIA ATRAVIESA EL ESPEJO, de Daniel PérezAgatha Ruiz de la Prada (Diseño gráfico, escenografía y vestuario)Jaroslaw Bielski (espacio escénico y dirección)En la anterior producción teatral de Réplika Teatro para el Centro Cultural de la Villa, Alicia descubría los sueños al llegar al País de las Maravillas, en un viaje que representaba el despertar del ser humano a la vida, una mezcla de fantasía, realidad y emociones difíciles de explicar. En aquella ocasión, Alicia abría los ojos de verdad y el mundo de sueños, temores y deseos dejaba una huella en su corazón. Lo mismo que todos hemos sentido en algún momento de nuestra existencia.Ahora, ALICIA atraviesa el espejo.El espejo es el símbolo de la conciencia. El que se mira tiene conciencia de sí, percibe sus formas, pero sabe que esa percepción oculta lo que siente. Aprecia, por tanto, con más fuerza su realidad interna y oculta, a la vez que se reconoce en el ámbito de lo visible.Ahora Alicia va a experimentar a través de un itinerario simbólico, el paso de la infancia a la adolescencia. Se hace mayor y la realidad pide paso ante sus ojos, tiene que desprenderse de la infancia y entrar en un mundo que empieza a formar parte de sus deseos. Alicia sabe que tiene que buscar su lugar en el mundo.En su búsqueda, la niña se va a encontrar con nuevos personajes en escenas que simbolizan el abandono de la niñez y su definición como persona. Parece un juego de ajedrez (así lo escribió Lewis Carroll) en el que Alicia aspira a ganar la partida, que no es otra cosa que culminar su proceso de aprendizaje vital.En esta historia conviven personajes y situaciones que podrían parecer incomprensibles, pero que no lo son tanto: ¿Quién no ha conocido a una persona de papel? ¿O de cristal? ¿Quién no ha viajado en un tren con la esperanza de que el destino no fuese solamente la estación de llegada? ¿Quién no aspira a poder manejar el tiempo a su gusto? Por otro lado, todos sabemos que las flores hablan, que dentro de un huevo hay vida, que las arañas, aunque son buenas costureras, repugnan, que los relojes tienen vida, porque laten, y que la reina de ajedrez tiene un poder casi ilimitado.
DANIEL PÉREZ